Mi historia...
Soy Inmaculada Carmona, y mi historia comienza en el corazón de Moriles, un pequeño pueblo de Córdoba donde el vino no es solo una bebida, sino un símbolo de nuestra cultura y tradición. Desde que tengo memoria, la venencia ha sido mi compañera inseparable. Empecé a practicarla a los seis años y lo que comenzó como una actividad extraescolar se convirtió en una pasión que me ha llevado a ganar numerosos concursos, y a tener la oportunidad de mostrar mi destreza en el programa ‘Menuda Noche’ de Canal Sur.
Venenciar no es solo una técnica, es un arte que, en manos expertas, se convierte en magia.
Tradición
Para mí, venenciar no es solo una habilidad adquirida con el tiempo; es una forma de vida que define quién soy. Cada vez que sostengo la venencia, siento que conecto con algo más grande, con una herencia que trasciende generaciones. Es esa misma emoción la que intento transmitir en cada boda y evento donde tengo la oportunidad de compartir esta tradición. Porque más allá de los aplausos y los premios, lo que realmente me llena es ver cómo la gente se queda maravillada al descubrir la magia que encierra cada gota de vino servida con pasión y precisión.
¿Tienes alguna duda?
